Escribe una historia sólo usando diálogos

‘Estoy en pausa…¿por qué tendemos a pensar que las pausas y la contemplación son algo extraño?’

– ¿Qué estás viendo?

– Mi interior…

– Ah vaya… pensé que estabas viendo las estrellas, ahí tumbada en la alfombra con la mirada hacia la ventana.

– También. Pero en segundo plano… probablemente ver la luz de las estrellas resaltando en la negrura del universo me ayuda a ver para adentro. A materializar con una imagen del mundo real lo que creo que hay en mi interior.

– ¡Cómo flotas! ¿Te metiste algo?

– Creo que no. Tomé 3 tazas de café… ¿cuenta?

– Depende. ¿Es de Sanborns?

– No… es el que tomamos aquí todas las mañanas. Según yo ese no me acelera… ¿o sí? Tal vez sí y eso explica porqué veo las estrellas y no noto lo rápido que se mueven, porque me estoy moviendo tan rápido como ellas.

– ¡Sí te metiste algo! Nadie ve desde aquí abajo el movimiento rápido de las estrellas, con o sin café… ¿qué traes, todo bien?

– Si, todo bien. Estoy en pausa… ¿por qué tendemos a pensar que las pausas y la contemplación son algo extraño? ¿por qué significaría que me metí algo?

– Bueno, ya… tranqui. No es extraño… o tal vez sí. La verdad es que yo, pocas veces me detengo a ver las estrellas y mucho menos me detengo a ver hacia adentro. Da miedo, ¿no?. La infinidad de preguntas que se presentan, y luego son más preguntas que respuestas.

– Si, salen muchas preguntas. Pero, que no te detengas a ver hacia adentro, no significa que las preguntas no estén ahí. No es que las generes tú cuando te tomas el tiempo de ver para adentro… así que si lo piensas, solamente las estás ignorando y probablemente, dejando crecer a lo salvaje.

– Vaya… bueno, ¿y en qué pregunta pensabas ahora?

– Estaba pensando en qué universo será más grande: ¿el de allá afuera, en el espacio; o el de aquí, adentro de mi cabeza?

– Ay no, ya… me agobias.

– ¡No te agobies! ¿qué más da no tener la respuesta?

– Pues no me gusta… me inquieta la incertidumbre.

– Pues aunque no te guste, todo es incierto. Simplemente el momento que estamos compartiendo ahora, en el siguiente minuto podría ya no ser… podría morirme enfrente de ti. O podrías despertar de un sueño. O podrías darte cuenta de que estás solo y yo ni siquiera soy real.

– ¡Jajajaja! Ya cállate, loca… podría jurar que sí te metiste algo ¿verdad?

– A ver, chécame las pupilas.

– Hey…¿qué onda con tus ojos? ¡Se están poniendo raros!

– ¿Qué ves?

– Parecen un espejo muy claro de la ventana, reflejando nítidas las estrellas y todo…

– ¿Estás listo?

– ¿Listo? ¿para qué?… ¿qué me haces, qué pasa? ¡Suéltame, tus ojos me están jalando! ¡¿o yo me estoy metiendo en ellos?! ¡YA PARA! ¿QUÉ PASA?

– Tranqui…relájate, en un ratito esto se acaba. ¡Eso te pasa por meterte algo TÚ!

FIN